Implantes dentales: ¡Resolvemos todas tus dudas!
¿Quién no quiere conservar todas sus piezas dentales durante toda su vida?
Existen muchos motivos por los que una persona adulta puede perder uno o más dientes. Las razones son muy diversas: a causa de un traumatismo, enfermedad periodontal o cuidados insuficientes.
La ausencia de una pieza dental no solo afecta a la estética y la autoestima del paciente, sino que además también provoca un desequilibrio oclusal. Que no sea visible (el diente perdido) no significa que no sea necesario, ya que dejar de sustituirlo puede tener graves consecuencias para su salud, su aspecto y calidad de vida.
Consecuencias perdida dientes:
Un diente sano desempeña muchas funciones. Ayuda a cortar, masticar y triturar los alimentos, así como a estabilizar los dientes a su alrededor. La falta de un diente puede provocar el desplazamiento de los dientes vecinos hacia el espacio vacio. Con el paso del tiempo, al no estar estimulado por la presencia de dientes, los huesos maxilares empezaran a disminuir de volumen.
Efectos sobre el aspecto físico:
Con la perdida de dientes, las mejillas y los labios pierden la sujeción necesaria. Cuantos más dientes faltan, más cambia el aspecto del rostro.
Efectos sobre su vida cotidiana:
No sustituir un diente puede desencadenar toda una serie de consecuencias que pueden provocar que acabe evitando algunos alimentos difíciles de comer o reuniones con familiares y amigos.
¿Qué es un implantes dental?
Un implante dental actua como la raíz de nuevo diente. Presenta unos pocos milímetros de longitud y ha sido cuidadosamente diseñado para que se pueda “osteointegrar”, o sea que pueda fijarse de forma estable al hueso maxilar como si fuera una pieza natural y colocar encima una corona o un puente, que será la parte visible del nuevo diente.
En general, a partir de los 18 años (una vez terminado el crecimiento), cualquier persona puede ponerse implantes dentales con un resultado muy natural que consigue devolver el aspecto estético, el equilibrio oclusal y la sonrisa al paciente.
¿Cuales son las partes de un implante?
Un implante dental está compuesto por 3 partes principales:
- El implante dental: se trata de la raíz artificial que se inserta en el hueso maxilar y su función es la de sujetar los componentes de la prótesis.
- El pilar: es la pieza que conecta el cuerpo del implante con la corona.
- La corona: es la pieza que imita al diente natural, es la parte visible del implante encargada de devolver la buena oclusión y la estética a la sonrisa.
¿Cuál es el proceso de implantación?
Se denomina osteointegración “la unión directa, tanto funcional como estructural, entre el hueso y la superficie del implante sometido a carga”. Gracias a este proceso biológico es posible colocar implantes dentales, siempre de titanio, único metal biocompatible.
El tratamiento consta de tres fases:
Fase 1: Fase inicial
Se realiza un estudio exhaustivo de la boca, el odontólogo realiza todas las pruebas que necesite para valorar la situación individual de cada paciente y se planifica el tratamiento a través de una Tomografía Computarizada de Haz Cónico. Se usa un tipo especial de rayos X, emitidos de forma cónica gracias a lo cual se obtienen imágenes en 3D de los dientes, los tejidos blandos, los huesos y los nervios de la zona deseada.
Fase 2: Fase quirúrgica
En esta fase se produce la inserción del implante.
El período de osteointegración del implante con el hueso varía dependiendo de cada paciente, aunque suele durar entre ocho y doce semanas.
Fase 3: Fase Protésica
Se toman unos moldes para que el laboratorio pueda confeccionar y diseñar la corona, imitando la forma y el color de los dientes naturales adyacentes, y permitiendo restablecer el equilibrio oclusal. La prótesis esta fabricada en un material resistente como la ceramica y se diseña de forma personalizada para que proporcione el mismo aspecto y sensación que los dientes naturales.
Finalmente se coloca la corona o diente artificial hecho a medida con el aspecto y la función del diente natural sobre el implante y se realiza un seguimiento periódico de la evolución y adaptación del paciente.
Los implantes dentales tienen un 98% de éxito, pero es fundamental mantener una buena higiene bucal (buen control de la placa (biofilm) tanto mecánica como química) y un buen cuidado de las encías para asegurar el buen mantenimiento de los implantes con la finalidad de una mayor perdurabilidad de los mismos.
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